Esta noche es la inauguración de la edición 23 del Festival de Cine de Lima y sus secciones competitivas están atractivas. Habiendo ya asistido a un visionado previo de varios títulos compartimos comentarios o impresiones sobre nuestras películas favoritas de la Competencia de Ficción. Aquí van unas primeras cinco.

Familia sumergida

Dirección: María Alché. País de origen: Argentina

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En Familia sumergida, de María Alché, los días de Marcela (Mercedes Morán) se ven trastocados por el fallecimiento de su hermana. El nombre hace referencia al estado endeble en el que se encuentran Marcela y sus hijos tras el remezón. Marcada es la influencia del primer cine de Lucrecia Martel, verbigracia el lugar casero sofocante, la cámara circulando sobre y por entre los cuerpos, o la figura central de la mujer como eje total en psiquis alterada y tránsito afectivo. La influencia no es gratuita considerando la relación de origen de Alché con el universo marteliano, que se remonta a su debut actoral en La niña santa. No obstante, la joven directora halla propia voz en su tratamiento de la resiliencia que vincula a la protagonista con los seres queridos del pasado. Los umbrales se quiebran y el clima se torna fantasmal y vaporoso. Otra auspiciosa ópera prima y vigorosa presencia de Mercedes Morán.

La camarista

Dirección: Lila Avilés. País de origen: México

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El carácter taciturno de Eve, la camarista del título, en precisa y contenida actuación de Gabriela Cartol, y el seguimiento a su paso, van marcando no únicamente el ritmo de un filme que descansa sobre ella y sus rutinas. Es un temperamento que en otro contexto podría lucir impenetrable; mas aquí, y en Eve, se transparenta el universo de sueños y frustraciones del individuo común, objetos simbólicos y promesas incumplidas mediante. Ello funciona igualmente como retrato de clase trabajadora, añadiendo con agudeza el asunto de las diferencias sociales a la observación. Esta exposición se realiza con dominio. La camarista es conducida con un manejo de espacios notable, en un juego de puertas, ventanales y recovecos, ambientes tan ajenos e íntimos a la vez. Como en un laberinto vertical, en el hotel de lujo en el que labora Eve, aparecen, asoman o se esfuman personajes que modelan pequeñas estructuras de poder y división. Gran ópera prima de Lila Avilés.

La vida invisible de Eurídice Gusmão

Dirección: Karim Aïnouz. País de origen: Brasil

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La vida invisible de Eurídice Gusmão se liga a las formas de la literatura latinoamericana de mediados del siglo XX, a pesar de ser de esta década la novela de Martha Batalha en la que se basa. Ha de ser que el tratamiento de época reposa logradamente en los detalles, los ambientes del Río de Janeiro de los años 40 y 50, y los fuertes personajes femeninos (magníficas Carol Duarte y Julia Stockler). La película de Karim Aïnouz es de esos melodramas clásicos, épicos y duros que ya no se hacen, de colores saturados, carácter epistolar y tensiones hacia la resolución de los destinos de estas dos vidas en contraste que deseamos se junten, dos hermanas que se profesan amor palpable, oprimidas por una sociedad conservadora a la que buscan hacerle frente mediante el deseo y la liberación. La obviedad del discurso desdibuja un poco el conjunto, pero el impacto dramático y el in crescendo de la historia pagan el asistir a este filme de dos horas y media.  

Los tiburones

Dirección: Lucía Garibaldi. País de origen: Uruguay

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En Los tiburones, escrita y dirigida por Lucía Garibaldi, están contenidos los ingredientes del característico filme coming-of-age, aquel género que retrata el crecimiento joven o adolescente, el tránsito hacia a la adultez o madurez, tantas veces enmarcado en un tiempo de verano, crecimiento a menudo marcado por un hecho traumático o un disparador de emociones o decisiones. En esta ópera prima que se percibe autobiográfica y se muestra etérea, como tras un filtro de luz y sonido, Rosina (Romina Bentancur) es la adolescente que debe lidiar con su comunidad en situación de alerta, un trabajo de vacaciones, el despertar de su sexualidad y la canalización de su empoderamiento femenino. Estas capas envuelven al género y le otorgan particular encanto, al que se suma una enigmática sensación de peligro latente y una dosis de idiosincrasia. Junto a la actuación de Romina Bentancur, destaca la fotografía de German Nocella. Premio a la Mejor Dirección en el Festival de Sundance.

Monos

Dirección: Alejandro Landes. País de origen: Colombia

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Alejado de los abordajes pesadamente dramáticos, de distintos resultados, del conflicto armado en Colombia, Monos, de Alejandro Landes, es un portento cinematográfico pródigo en imágenes potentes y sonidos punzantes. Este recorrido de un destacamento rebelde de jóvenes soldados, chicos y chicas, y una mujer extranjera secuestrada, atravesando una zona entre las alturas y la selva, configura una historia de liderazgos y traiciones que desemboca en una dimensión lisérgica. Pueda que cierta representación irreal cause el no-cierre de la propuesta, pero al fin al cabo Monos es un relato de personajes variopintos, cada uno más simpático o extraño que el otro, de fricciones, extravíos y confusiones, que deriva atemporal y universal en un estado generalizado de delirio, aquel tipo de delirio que como parte inherente de la oscura naturaleza humana supieron tan bien describir Conrad y Golding; de hecho, referentes inmediatos son sus conocidas adaptaciones fílmicas, Apocalypse Now y El señor de las moscas.

El Festival de Cine de Lima va del 9 al 17 de agosto. Toda la información sobre sedes, horarios, actividades, entre otros, en su página web: www.festivaldelima.com